ANSIEDAD
Había recibido como
gracia divina ese racimo de uvas, cuya característica, entre otras, consistía
en que por cada grano que Ernestina comía, crecía su ansiedad y deseo por comer
otro más.
Contó las melescas,
totalizando un cómputo de veintinueve mil novecientas treinta, y concluyó que
si comía una por día demoraría ochenta y dos años en terminarlas. Al cortar la
primera observó que cada grano retoñaba en el racimo, esto reconfortó su duda
anterior.
Lo que descubrió, a
muy temprana edad, es que al cortar el último grano encontraría la muerte.-