domingo, 15 de abril de 2018

ANSIEDAD
 
Había recibido como gracia divina ese racimo de uvas, cuya característica, entre otras, consistía en que por cada grano que Ernestina comía, crecía su ansiedad y deseo por comer otro más.
Contó las melescas, totalizando un cómputo de veintinueve mil novecientas treinta, y concluyó que si comía una por día demoraría ochenta y dos años en terminarlas. Al cortar la primera observó que cada grano retoñaba en el racimo, esto reconfortó su duda anterior.
Lo que descubrió, a muy temprana edad, es que al cortar el último grano encontraría la muerte.-