NANTERRE,
DONDE TODO COMENZÓ
¿Quién nadará hoy en
la piscina de la Universidad de Nanterre? ¿Se escucharan los gritos de las
barricadas por el Barrio Latino? ¿Dónde habrán ido a parar los estudiantes
apaleados por la policía en la plaza de la Sorbona? ¿Adónde los más de diez
millones de trabajadores, en toda Francia, que se unieron a la huelga general?
Todo está guardado en la memoria, diría Gieco…
Se cumplen cincuenta
años de la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia entre los
meses mayo y junio del año 1968. Una efervescencia romántica y revolucionaria,
originada a fines de marzo de ese mismo año, por grupos estudiantiles que se
manifestaban en contra de la guerra de Vietnam, y que buscaban cambiar la
mentalidad del poder intentándolo con la reivindicación del feminismo, de la
libertad sexual, del ecologismo, el respeto a las minorías, y el pacifismo.
Dentro de un contexto económico con serios síntomas de deterioro, desempleo,
crisis industrial, bajas de salario, ya que más de dos millones de trabajadores
cobraban el salario mínimo interprofesional, sintiéndose excluidos de la
prosperidad.
El contexto político
tampoco era positivo, el mundo sufría una serie de cuestionamientos del sistema
de dominación europeo y de Estados Unidos sobre los territorios coloniales o
recientemente independizados. En Francia estos movimientos tienen su génesis
durante la guerra de Indochina y Argelia. La figura de De Gaulle padece un
desgaste muy palpable, y sus prácticas autoritarias sufren cada vez más críticas.
Los jóvenes se
convierten en una categoría socio-cultural, siendo reconocidos como un actor
social capaz de establecer procesos de adscripción y diferenciación con los
adultos dentro de movimientos contraculturales, como la cultura underground,
beatnik, y el movimiento hippie.
En el plano filosófico,
obras y autores tuvieron una influencia muy fuerte. Herbert Marcuse, con El
hombre unidimensional, Guy Debord con La sociedad del Espectáculo, Pierre
Bordieu y Jean-Claude Passeron con “Les étudiants et leurs études” donde hacían
una crítica ácida al sistema educativo francés y sus mecanismos de reproducción
social.
Todos estos sucesos
sumados a la huelga general de trabajadores, que había comenzado con los
mineros, pero luego, de a poco, se fueron sumando los trabajadores de Sud
Aviation, Renault (bajo la consigna “queremos tiempo para vivir”), Flins, los
del carbón, del transporte, gas, electricidad, correos, radio y televisión,
astilleros, agricultores, etcétera. Llegaron a ser más de diez millones de
trabajadores cortando los accesos a la ciudad, tomando las fábricas,
controlando los precios de los productos ofrecidos en las tiendas que no se
adherían a la huelga. Ponían verdaderamente de manifiesto la ausencia de
autoridad del Estado, y el vacío de poder.
La población francesa
demostraba así que no era De Goulle y su generación los que podían llevar a
cabo la reforma social y política que necesitaba el país. El cambio fue mucho
más profundo porque mostró un rechazo por las estructuras políticas vigentes, incluyendo
los sindicatos y partidos ya existentes. Y toda Europa occidental enterró
definitivamente el modelo de liderazgo personalista que hasta ese momento había
marcado la Quinta República Francesa.
Estos sucesos, que
quedaron grabados en la historia mundial como “EL MAYO FRANCÉS”, se
encuadran dentro de una ola de protestas protagonizadas, principalmente, por
sectores politizados de la juventud. Y comenzaron con la disconformidad con
normativas internas de la Universidad de Nanterre. Recorrieron el mundo, y se
extendieron ampliando la escala del antiguo refrán del siglo XIX que decía
“Cuando París estornuda, toda Europa se resfría”.
Todavía subyacen en la
memoria las consignas que a modo de grafitis ilustraban las paredes de toda
Francia:
“SEAMOS REALISTAS:
PIDAMOS LO IMPOSIBLE”
“PUEDEN CORTAR LAS
FLORES, PERO NO IMPEDIRÁN LA PRIMAVERA”
“PROHIBIDO PROHIBIR”
“SOY MARXISTA DE
TENDENCIA GROUCHO”
“EXAGERAR ES EMPEZAR A
INVENTAR”
“LA POESÍA ESTÁ EN LAS
CALLES”
“LA IMAGINACIÓN AL
PODER”
“CORRE, EL MUNDO VIEJO
TE PERSIGUE”
“EL ESTADO ES CADA UNO
DE NOSOTROS”
“…La memoria despierta para herir a los pueblos
dormidos que no la dejan vivir libre como el viento…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario