martes, 30 de agosto de 2016

REMONTAR EL VUELO



¿Por qué será que el gobierno niega todo? La realidad existe y la palpamos todos a diario. ¿En dónde está la estrategia? De última, si la hubiera, no tendría ningún sentido. Hay un cuento en dónde la mujer sorprende al marido con otra mujer en la cama, y el hombre, como estrategia, lo niega rotundamente, y cuanto más insiste la esposa con lo que ven sus ojos, el marido se empeña más y más en negarlo, hasta que al final la mujer, preocupada, decide ir al médico, ya que parecía estar viendo visiones. Pero eso funciona en la ficción, en los cuentos, no en la realidad. No con el hambre de la gente, menos con las necesidades del pueblo.
Te dice que la inflación está “bajando fuerte”. Claro que sí, si a mayor desocupación, menor inflación. Porque el mercado está planchado, nadie compra ni vende nada, porque no hay plata. Muchos se quedaron sin trabajo y los que no, ganan muy poco. Entonces los empresarios sacrifican algo de sus ganancias y no trasladan nada a un aumento de precios. Y si se pone muy duro, despiden empleados de a uno.
Nos dijo que el conflicto de “Cresta Roja” estaba solucionado, y no es real. Los empleados que reingresaron están cobrando salarios de seis mil pesos y hay mil ochocientos ex empleados pidiendo su reingreso.
Exige, en sus diatribas, que los empleados cultiven la cultura del trabajo, y se toma cuatro licencias al año, sale de fin de semana largo, va a retiros espirituales. Como si todo estuviera a las mil maravillas.
Dice una cosa y hace otra. Eso es un trastorno de conducta, se llama incoherencia, y debe ser tratado por un psicólogo, por lo menos. Desconozco si es sano que estén al frente de un país con esos síntomas, pero tanto el primer mandatario como su vice padecen de lo mismo.
Deprecia la lucha por los derechos humanos y los datos que se concluyeron luego de una investigación, sumamente prestigiosa, que justamente le da carácter a la Argentina, porque redundó en un juicio histórico contra el gobierno de facto que organizó el plan más ignominioso de la historia reciente de nuestro país. Y a los reclamos que dicen que se trató de personas que ponían bombas y mataron a inocentes, es bueno recordarles que nunca corroboraremos eso, porque no fueron enjuiciados, no gozaron de ese derecho. Fueron secuestrados, torturados y asesinados con todo el poder de fuego que podía ostentar el estado. Y por eso no fue una “guerra sucia”, como dice el gobierno, sino terrorismo de estado.
Acusa a la gente que sufre, desde las determinaciones políticas, la pérdida del empleo, el cierre de su comercio, la imposibilidad de satisfacer las necesidades básicas, la imposición de un contrato tácito, con las empresas proveedores de servicios, cuyos aumentos es imposible de afrontar. Las acusa, decía, de pretender alterar el orden social, porque se manifiestan, para visibilizar le padecimiento por el que están atravesando. ¿En qué recodo de estos actos se destruye la estabilidad política del país? ¿Cómo tiene la cara, este gobierno, para llamarlos subversivos?
Ejerce, sobre el pueblo, la violencia psicológica, acotándole el derecho a reclamar, a manifestar, a peticionar a las autoridades, promoviendo el desprecio a opositores políticos, teniendo que soportar de sus acólitos provocaciones e insultos en lugares públicos como si fuese una afrenta pertenecer a un signo u otro de la política nacional, mientras que al mismo tiempo, en sus discursos, proclama el diálogo, la unión de todos los argentinos y la aceptación de todas las ideas, en otro acto más de su incoherencia.
Se ofende y se irrita con aquellos que dicen pertenecer a la “resistencia”, como si recibir toda esa fuerza que el gobierno ejerce, sin alterarse, fuera indecoroso. Como si no dejarse vencer por el padecimiento moral que sus actos causan fuese un obrar ofensivo al orden social o a la estabilidad política.
Cuando sus seguidores se reúnen en el obelisco con insultos, amenazas y reclamos, exteriorizando su ira, su odio, con gritos estridentes o pidiendo literalmente sangre y resaltando el origen político de la administración anterior al grito de “son montoneros”, desconociendo, tal vez, que la ministro de seguridad fue de esas filas políticas con alias como “la piba” o “Carolina Serrano”, igual que cuando intentan instalar la necesidad de que venga el FBI para investigar la muerte de Nisman, poniendo de manifiesto que hay inutilidad en los cuerpos criminalísticos nacionales, cuando el Imán de la mezquita al Tahuid, donde iba Yusuf Khalil, el de las escuchas que motivaron las denuncias del fiscal, Abdul Karim Paz no es otro que Santiago Ricardo Paz Zuberbüller Bullrich, primo de la actual ministro de seguridad. Y nadie ha utilizado este tipo de información blandiéndola como sospecha en un intento de desestabilizar la gobernabilidad.
Nunca es buena la mentira, pero mucho menos cuando en el medio se hace añicos la expectativa del pueblo, se defrauda la confianza de la gente, se burla la esperanza de los sufragantes. El hilo se cortó por lo más fino, es verdad. Practicaron tiro al pichón con los asalariados. Y es cierto que las condiciones del 2015 no eran las óptimas, pero no fueron elegidos para hacer esto, la gente que conformó ese 51% creyó que iban a edificar sobre lo construido, que no iban a perder lo conseguido, que no existirían los despidos ni el arrebato indiscriminado de derechos, nadie pensaba que le iban a quebrar las alas, sino que podían remontar el vuelo.


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