POR
SU PROPIO PESO
Cuando el Primer
Mandatario hace declaraciones a un medio extranjero, despreciando o minimizando
la información de la etapa más funesta e ignominiosa de la historia reciente
del país, ninguneando los Derechos Humanos, ignorante tal vez, de que es lo que
la ha dado carácter a nuestro país delante de todo el mundo. Cuando se lo pone
al ciudadano frente a un contrato tácito entre él y las empresas de servicios
públicos, imposible de afrontar con su escueto salario, cuando se le miente o
se le tergiversa la verdad, tomándolos por incautos, cuando se los pretende
hacer creer que son los culpables de todos los males que van a acontecer, hasta
del tiempo, por el simple hecho de tener otra creencia, otra mirada, y hasta
otras prioridades. Cuando se los trata de ignorantes diciendo que en otros
países, más lejanos, adonde se presume que la mayoría de ellos no ha viajado,
estas cosas no suceden, sin tener en cuenta que todo puede averiguarse por la
internet. Cuando se los pretende señalar con el dedo por haber derrochado la
electricidad, el gas, el agua, el aceite. Cuando se los trata de atrevidos por
haber osado viajar al exterior o tener un celular de última generación, o por
haber cometido el abuso de pretender ver el mundial de futbol en un monitor HD
y desde un canal estatal. Cuando les echan en cara creer con pasión en otra
persona, autoconvocarse, usar identificación política y manifestar, y entonces
te mandan a la Gendarmería, o la policía, o la Brigada A, da igual, cuando te
coartan la libertad, digo.
Cuando a una
manifestación de jubilados se los enfrenta con un pelotón antidisturbios,
armado, y con carros hidrantes arrojando agua fría a alta presión. Cuando se
pretende responsabilizar a los trabajadores de poner “palos en la rueda” a los
empresarios, por solo reclamar un salario mínimo, vital y móvil, como dice la
Constitución. Como cuando te dicen que la inflación está bajando pero es una
terrible estanflación, cuando te quieren hacer creer que la economía se está
acomodando y la evidencia demuestra que el mercado interno está deprimido por
debajo de la media normal. Cuando te dicen que están arribando las inversiones
y solo es capital especulativo que se incorpora provisoriamente en el mercado
financiero sin aportar beneficios al Estado En definitiva cuando nos mienten,
cuando distorsionan el verdadero sentido de la verdad como si su valor se
hubiera perdido en el tiempo, como si ya no importara su existencia real.
Del mismo modo que
cuando se pretende que, el juicio del título, en letras de molde, de la prensa
escrita, sea aceptado como la sentencia definitiva de la justicia. O que la
denuncia real sea la que hace el periodista desde la pantalla del televisor,
sin pruebas, sin evidencias, como si estas fueran meras formalidades. Entonces
te hacen creer que no tenés derecho a un juicio justo, a la defensa, o a las
garantías constitucionales. Como si la mentira fuese que todo hombre es
inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Cuando todo eso sucede
dentro del mismo contexto y en un breve espacio de tiempo, el hombre se fatiga,
se perturba su estado emocional, y reacciona. No es que el hombre sea violento,
se lo ha violentado. Por eso el hombre se manifiesta, sale a las calles “gritando”
su dolor, su molestia. Y si en este estado, se lo ignora, el hombre se enoja
por no ser escuchado, y si a ese enojo se le da la espalda o se lo reprime, el
hombre se enfurece. No es que el hombre sea hostil, se lo ha hostilizado. Y
para combatir la hostilidad se lo ataca con el escuadrón de gendarmería con
balas de goma y pistolas lanza gases. Entonces ese enojo, esa furia, perdura. Y
cuando el enojo perdura se transforma en resentimiento. ¿Podría alguien decir
que el hombre es resentido?
Si no se ha tomado la
iniciativa de conocer los demonios de la gente nunca es bueno provocarlos,
porque se desconoce la magnitud de su reacción. Pero además, que no crea el
superior que se deben hacer las cosas porque se tiene el poder para hacerlas.
Las cosas deben hacerse porque son necesarias y es justo que se hagan. Pensando
en el bien general. Porque es muy común que crean que se llega a la cima con
todo el peso del poder, pero hay una ley física que reza que todo lo que sube
cae por su propio peso. Y la verdad, como el equilibrio, pugna por salir a la
luz, porque la mentira y el engaño tienen fecha de vencimiento, y al final todo
se descubre, pero la confianza, el honor y la dignidad, mueren para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario