PUNTOS
DE VISTA
Con todo aquello cuyo
formato se lo permitía, construía un micrófono y jugaba con ello. Era el
locutor, el conductor, el maestro de ceremonias…
Cuando terminó el
colegio secundario, con la edad suficiente, le dijo a su padre que deseaba ser
locutor. El hombre lo sentó frente a él y le preguntó severo: Has vivido toda
tu vida en este barrio ¿Cuántos locutores ricos y famosos has visto en el
vecindario?
-¡Ninguno! –respondió
urgente
-¿Entonces?
–repreguntó el progenitor -¿Eso qué te dice?
-¡Que tengo todas las
posibilidades!
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