jueves, 24 de noviembre de 2016

PUNTOS DE VISTA



Con todo aquello cuyo formato se lo permitía, construía un micrófono y jugaba con ello. Era el locutor, el conductor, el maestro de ceremonias…

Cuando terminó el colegio secundario, con la edad suficiente, le dijo a su padre que deseaba ser locutor. El hombre lo sentó frente a él y le preguntó severo: Has vivido toda tu vida en este barrio ¿Cuántos locutores ricos y famosos has visto en el vecindario?
-¡Ninguno! –respondió urgente
-¿Entonces? –repreguntó el progenitor -¿Eso qué te dice?
-¡Que tengo todas las posibilidades! 



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