UNA PIEDRA QUE CAE…
El hombre no es
sino a través de su circunstancia. Si se fatiga al hombre, si se perturba su
estado emocional haciéndolo cada vez más incómodo, el hombre reacciona. No es
violento, se lo ha violentado. Si se lo ignora, se lo hostiga constantemente
haciendo peligrar su futuro y el de su familia, el hombre se enoja, y si se le
reprime el enojo en lugar de escucharlo, se enfurece. ¿Es el hombre hostil? No,
se lo ha hostilizado. Y cuando el enojo o la furia perduran en el tiempo se
transforma en resentimiento. ¿Es el hombre resentido? Nunca es bueno provocar
los demonios de los desconocidos, aunque yo sea su rey. Porque esos demonios
pueden transformar al hombre en una piedra, una piedra que cae... Y una piedra
cayendo, no se detiene...
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