viernes, 1 de abril de 2016

UNA PIEDRA QUE CAE…


El hombre no es sino a través de su circunstancia. Si se fatiga al hombre, si se perturba su estado emocional haciéndolo cada vez más incómodo, el hombre reacciona. No es violento, se lo ha violentado. Si se lo ignora, se lo hostiga constantemente haciendo peligrar su futuro y el de su familia, el hombre se enoja, y si se le reprime el enojo en lugar de escucharlo, se enfurece. ¿Es el hombre hostil? No, se lo ha hostilizado. Y cuando el enojo o la furia perduran en el tiempo se transforma en resentimiento. ¿Es el hombre resentido? Nunca es bueno provocar los demonios de los desconocidos, aunque yo sea su rey. Porque esos demonios pueden transformar al hombre en una piedra, una piedra que cae... Y una piedra cayendo, no se detiene...



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