viernes, 18 de marzo de 2016



SOBRENATURAL



Vio a su esposa persignarse, a cuatro amigos suyos vestidos con traje negro, al cura levantando la mano derecha para hacer la señal de la cruz, y a dos tipos con mameluco gris oscuro, con palas, rellenando la fosa. Llovía finito y tenía las hombreras del saco húmedas. Esperó a que se fueran todos y caminó por el sendero de ripio hasta pararse delante de la lápida, donde podía leerse, escrito con Times New Roman, su nombre y apellido. Más abajo la fecha de su nacimiento y la actual. No pudo entonces contener el llanto. No es fácil andar por la vida sabiendo que para los demás estás muerto.


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